La depilación con láser es un procedimiento muy seguro en comparación con otros tratamientos estéticos, sin embargo como cualquier intervención médica tiene efectos secundarios que deben ser tomados en cuenta por el paciente antes de decidir hacérsela, aunque son muy comunes y desaparecen en muy poco tiempo.
Durante la sesión de láser es normal que pueda sentir un ligero dolor o un simple malestar, pero esto por el anestésico local que se aplica en la piel con la finalidad de reducir al máximo las sensaciones incómodas.
Si usted está preocupado por lo que vaya a sentir mientras le aplican el láser es bueno que sepa que no se siente nada, pero hay algunas personas que son mucho más sensibles y pueden percibir cuando el rayo entra por su piel, para ello puede solicitar un sedante suave, además este “ligero” dolor desaparece tan pronto como el procedimiento termine.
La zona más delicada es el rostro, pero también es la más cuidada por los médicos. Uno de los efectos más comunes al término del tratamiento es el color rojo que toma el área tratada, pero esto es resultado inevitable de la energía láser, es similar a una quemadura de sol y puede ser tratada con simples compresas de hielo o agua fría para que se refresque la piel.
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